Hay un dilema que siempre me anda rondando. De hecho, no es una cuestión que realmente tenga clara de plantear siquiera.
El ser humano es, por definición, aquel que controla sus actos a través de la razón. En este sentido, encontramos una parcela de nosotros mismos, incontrolable y latente, que irrumpe y se potencia con algunas actividades...Los sueños son un claro ejemplo de ello.
Hay otro tipo de momentos en los que estamos absolutamente despiertos, pero somos incapaces de controlarnos...El sexo, sería un gráfico ejemplo.
La música produce en mi un efecto bastante parecido...Consiste en una especie de "duermevelas"...El arte de ausentarse controladamente.